Diligencia administrativa
Era un hotelito pequeño, acogedor, de un bonito pueblo del interior de la provincia y… barato, que no están los tiempos para excesivos dispendios, así que mi hija y su novio decidieron ir a pasar un fin de semana en el mes de agosto pasado. La estancia fue agradable, paseos, contacto con la naturaleza, piscina y dormitar en colchonetas junto a la misma. Todo muy agradable, pero a la vuelta los glúteos y muslos de mi hija eran un poema: cientos de picaduras de algún bichejo desconocido, pero a buen seguro emparentado con las pulgas, chinches y demás insectos similares.
Naturalmente se aplicó un tratamiento inmediato y aun así fueron bastantes días de incomodidad y, por puro civismo, comunicamos de inmediato el incidente a nuestros protectores, la Consejería de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, Delegación de Málaga, a fin de que adoptara las medidas que considerase oportunas para evitar repeticiones de la jugada.
Pues bien, ahora, con fecha 16 de enero de 2013, cinco meses después recibimos comunicación de dicha Consejería del siguiente literal: «En relación a su denuncia sobre las instalaciones de la piscina del establecimiento XXX, le informo que se ha remitido al Excmo. Ayuntamiento de Tolox, que es la Administración competente en este tema».
Bravo, cinco meses para decidir quien debe ocuparse del asunto. Veamos. 10 habitaciones por 2 personas: 20 personas diarias; 50% de ocupación estimada: 10 personas diarias. 150 días por 10 personas: 1.500 potenciales afectados. Supongamos que la mitad son inmunes pero también podemos suponer que a alguno de ellos las picaduras le puedan producir reacciones alérgicas importantes ¿De recibo? ¡ANDALUCÍA IMPARABLE!
Y ahora tengo curiosidad con lo que hará el Ayuntamiento y… cuándo lo hará. Informaremos.